Violencia cero
Me he saturado de violencia y de todo aquello que le acompaña. Hasta arriba de los muertos del telediario, de los vivos que se benefician de estos pobres diablos, de los diablos que dan de comer a los santos y de los que van de santo y luego provocarán más muertos en el telediario. La pescadilla que nos muerde la cola.
Mas tengo violencia en los libros, en los juegos, en las películas, en las revistas, en los héroes que se estilan, en lo que adoramos y entronamos. Tenemos películas de acción, las de terror, las de suspense, las de policía y las de superhéroes. Siempre un villano que aterroriza a todo quisque y que reparte megayoyas, luego llega el bueno y le da una antimegayoya con su superpoder, y aligera las palomitas que a la segunda vez es cuando muere de verdad el malo.
Y no es que a uno no le guste, ni que sea un jipi redomado, pero tanto de lo mismo me llega a cansar. Ves, mira lo que te rodea, y te das cuenta que nos la están dando por todos lados, la absorbemos, tragamos, asimilamos y, lo que es peor, la justificamos. Entonces es cuando ves a la pescadilla mordiéndote la cola de nuevo. Estoy por no ir al cine hasta que filmen la biografía de Rocco Sigfredi.