El Peatón del Aire

Málaga, la ciudad natal de Pablo Ruiz Picasso espera con ansiedad a que llegue el día 27 para inaugurar el nuevo Museo Picasso. El pintor vuelve a la tierra donde le vio nacer, y que tan poco le disfrutó. La ciudad ha cambiado mucho y ya no hay cien tabernas y una librería, puesto que hay “hambre” de recuperar el patrimonio del que nunca nos enseñaron a cuidar pese a que ésta es una ciudad que depende del turismo.

Desde que la cultura se ha convertido en un reclamo electoral, los ciudadanos de a pie tenemos que transigir con la oleada de propaganda que se hacen las instituciones de las más vergonzantes maneras posibles. Para muestra véase la recuperación del teatro romano de Málaga, incluido en los fastos de la Expo’92 – en teoría toda Andalucía se vería beneficiada -, y que se sigue publicitando con todo el descaro en cada referéndum.

Aunque la familia de Picasso está coordinando la creación del museo, está claro que nunca sabremos si hubiera quedado a gusto del artista – ya nadie recuerda el deseo del pintor de que el “Guernica” se expusiera en El Prado -. Los genios suelen ser demasiado caprichosos para el pragmatismo político, y si no que se lo pregunten a otro malagueño ilustre, Miguel Berrocal, que no ve clara la oferta de la Diputación para su museo.

El acuerdo entre Diputación y Berrocal para el traslado de su estudio desde Verona e instalación de un museo en su natal Villanueva de Algaidas está en peligro. El artista dice dar todas las facilidades para el desplazamiento – personalmente le creo -, mientras que la institución alega que está esperando a que se le entregue un catálogo de obras a ceder, además a juicio del maestro no hay partidas presupuestadas para el mismo.

Sería imperdonable que Berrocal no se quedara en su Villanueva de Algaidas, sobre todo cuando es voluntad del mismo. No sé de cuántas cifras estamos hablando, pero los números no deben importar. Personalmente sé que iré a visitarlo, esté aquí, en Verona o en Alemania; pero me llenaría de orgullo tenerlo aquí. Además, es una estupenda razón para visitar su pueblo. Por cierto, creo que hacen allí unos dulces riquísimos.