Dos mil tres es el año de la recuperación para el maltrecho panorama musical de
Javier Corcobado. Entre tanto otés, dinios y cánones ya iba siendo hora que tuviéramos una noticia positiva como es la edición de este Fotografiando al corazón, cuatro años después de su ultimo trabajo en estudio, y tras un necesario descanso a su carrera artística de más de veinte años poco antes de fundar Mar otra vez.
De un precioso y cuidado estuche nos asaltan trece canciones que sólo pretenden, a su entender, explorar los sentimientos. Con desgarradoras súplicas como: no me des un amor anoréxico, No olvides nunca que lo que nos mueve es el hambre, y no el alimento, o El amor en los jardines se durmió; se hizo recuerdo fotografiando al corazón; en un intento de dejar esa constante de sufrimiento de toda su obra.
Probablemente no sea su mejor obra, pero siempre merecerá la pena escuchar cantar los sentimientos sin melodía de hilo musical, y guitarras sangrantes que se libren de la ordinariez de su solista. Ahora que baja al Sur (24 y 25 de Octubre en Granada y Sevilla respectivamente, y 20 de Diciembre en Almería) tengo una excusa perfecta para oírle en concierto. Imprescindible leer
su manifiesto para comprender su obra.
Está bien, tengo el corazón roto en 2000 pedazos.
Alguien metió un coche bomba en mi corazón,
Creo que fue una mujer.
Ellas son las que ponen bombas en los coches
Después de conducirlos con ternura
Por las venas de los hombres débiles.