Picasso vs Zamarrilla
La Muy Hospitalaria ciudad de Málaga está de fiesta. Se ha puesto de largo para recibir con los brazos abiertos a uno de sus maltrechos hijos: Pablo Ruiz Picasso vuelve a la ciudad que le vio nacer hace hoy cientoveintidós años, y marchar demasiado pronto nueve años después. Es demasiado tarde para que lo viera con sus propios ojos, pero regresa por la puerta grande, aquella que se le negó por ir contra el régimen de Franco, aquel supuesto señor que acabó con la roja ciudad tiñéndola de tan gentil color.
El Sol se había puesto unas lentes del color del octubre picasiano, con esas tonalidades grises que invadieron una vez su inspiración. La gente salió ayer a celebrarlo con pasacalles y actuaciones en vivo sobre una calle Larios engalanada de fiesta y políticos qué suerte las suyas, que han coincidido en época de celebraciones y no de protestas -. Todos a empaparse del pintor y su obra, que tan injustamente ha quedado distanciada de estos lares. La Málaga fenicia, romana, musulmana y barroca actualiza su arte.
Y quiere el destino que a la misma hora estaba programada el traslado de la Virgen de la Amargura -vulgarmente conocida por Zamarrilla, un forajido del que cuenta una condescendiente leyenda que se refugió en la capilla de la virgen huyendo de la justicia, y a la que le clavó un puñal en el corazón a la manquita Catedral para recibir hoy su coronación. Un acto de casulla y peineta en el que los ricos muestran su forma de entender la devoción al dios de los pobres.
Una negligencia municipal hizo que ambos actos coincidieran, pasando el trono por detrás del escenario justo a la hora en que iba a comenzar Chambao su concierto. Lo opuesto, el desconcierto, llegó a las filas de la procesión cuando se apagaron las luces para atender al espectáculo porque ni eso, ni el culo del compañero de delante podían atisbar los hombres de trono a ritmo de la percusión de una banda nada podían hacer contra los potentes amplificadores.
Picasso contra Zamarrilla, el arte moderno contra la tradición, la sencillez de un trazo contra el cargante barroquismo. La divulgación de un conocimiento contra la elitización de las creencias. El comunista infiel contra las buenas costumbres. El becerro dorado contra la dorada corona. Chill out frente un paso. La guitarra frente a la trompeta. El artista que fue demonizado contra el ladrón que fue mitificado. Picasso ganó de calle por las calles que una vez murieron a golpe de cañón de navío italiano y de cuchillo moro.
Ahora espero que nuestros políticos sigan tan ilusionados y terminen de arreglar ese teatro romano que una vez fue sótano, ese museo que ahora muere en otros sótanos, los de la Aduana y ese rico yacimiento fenicio bajo un pobre melonar. ¡Hay un filón abandonado aún por explotar! Pasado mañana se inaugura el museo Picasso. Creo que iré a jalear a Pablo, creo que regresa una parte de la historia, creo que a la vuelta habré aprendido algo más, creo que merece la pena.