Honda Dualidad Corpuscular (I)
No se alarmen, que no hay falta de ortografía alguna. No me estaba refiriendo a esa malévola forma de comportarse que tiene la luz, ora en forma de perturbación, ora a modo de partícula; sino de la irreconciliable característica bipolar que presentan algunas personas.
Y es que todo viene a colación tras leer un crispante artículo del que sólo recuerdo a su autor, que firmaba como sacerdote y economista. Y heme aquí dilucidando cómo puede un señor estudiar algo que, en principio, va en contra de lo inmaterial de su objeto de culto. Sin embargo, si uno lo piensa bien, más se parece el economista al sacerdote, que el cocinero al fraile.
Si nos fijamos bien, el Antiguo Testamento ilustra los primeros indicios de la globalización a un nivel que sobrepasaba los confines del Universo, con un libre comercio se hacía unidireccionalmente: Dios demandaba sacrificios desde lo más alto del cielo, y los demás ofrecían su mejor mercancía: desde simples corderitos, hasta el propio primogénito. Algo así como ocurre en nuestros días, pues en pos de un prometido paraíso sacrificamos nuestra savia - bruta, elaborada, o ambas.
Eran otros tiempos, donde los inmigrantes no necesitaban ir en patera Moisés se hubiera forrado hoy día abriendo paso en el estrecho -; y en vez de papeles, les bastaba con una trompeta para derribar fronteras. Claro que para llegar a la tierra prometida, los judíos tuvieron que aguantar el monopolio culinario de Dios, y comer el maná a modo de comida basura - tradición que aún continúa con los macmenús.
Visto de esta forma, la transición al nuevo testamento conlleva una recesión en las técnicas de explotación económicas. Basta los ejemplos de la multiplicación de los panes y los peces, o las bodas de Canaán para confirmar a Jesucristo como el peor comerciante de la historia, seguido muy de cerca por Judas que, vista la mercancía, la vendió a muy bajo precio Aunque, en su defensa, consiguió algo más de los romanos que los traidores de Viriato -.
Por fortuna para la Iglesia, este lapsus histórico ha sido infinitamente rectificado, y ahora los ministros de Dios se pueden permitir el lujo de perder millonadas en bolsa. Algo obvio, porque no se puede estar en misa y repicando; vivir a cuerpo de rey y adorar al corpus christi. ¡Ésa sí que es una profunda dualidad, y no la de la luz!