Adiós y hola
Es imposible contentar a todo el mundo: Partes de viaje y ves a unos llorar y otro alegrarse. Si se lamentan los que de ti se despiden y sonríen los que te reciben eres de mi club. Quizás podrías entonces decirme cómo hacer para evitar las lágrimas.
Adiós amigos de Santiago, probablemente no nos veamos nunca más, o quizás por una gran ley de los números aún más grandes un venenoso Poisson haga que nos veamos de nuevo. Uno va dejando migajas del corazón, cual pulgarcito, para no olvidar nunca el camino de regreso.
Adiós y hola. Hola Panamá City, saludos gran urbe. Vuelvo a escuchar las bocinas de los diablos rojos, el grito de la muchedumbre, el canto de asfalto y ladrillo. Hola Pacífico. En tus aguas he conseguido al fin bañarme y retozar. No es tan malo que se te cumplan los sueños, acaso debiéramos aprender a soñar de otra manera.