BlogPazlia
Este no es un lugar cualquiera de la red, o al menos así me gusta pensarlo. Por las características de su creador y por el talante de quienes lo habitamos, Blogalia es un rinconcito donde todos somos cómplices del diálogo, de los buenos modos; de la comunicación, en definitiva.
Este remanso de paz se consigue no con la dictadura del silencio, sino con un constante ir y venir de comentarios con todo tipo de personas: desde ilustres blogalitas hasta viajantes ocasionales que tuvieron la deferencia de pararse un segundo a leer lo que tú has dicho y dos a escribirte un comentario.
Entiendo que esa es la verdadera comunicación, que hoy estaré de acuerdo en una idea con Akin, y mañana no, que puedo bromear con Algernon o con Pantulis, que amenazaré a JJ con plantarme en un blogs & beers en Graná, pero que hasta las mayores de nuestras diferencias se curan "posteando".
Sin embargo no todo el mundo admite el juego. No ya quienes, envidiosos, critican Blogalia, sino quienes creen que su voz es única, quienes secuestran a la verdad y siembran la cizaña. Esas personas acaban por recibir lo mismo que dan, acaban hastiadas de las tempestades recogidas al sembrar vientos.
Si esas personas, además de no saber jugar al diálogo, están de acuerdo con el asesinato de niños, con la tortura, y el genocidio, las considero enemigos de mi mundo, destructores del arco iris, indeseables que ojalá lleguen a entrar un día en razón, pero que mientras eso ocurra deseo que estén lo más lejos de mi lugar posible, que no lo manchen con su hedor.
Por ello, me alegro que esas personas se vayan de Blogalia, que vuelva la tranquilidad a los comentarios. Que BlogPazlia vuelva a ser un remanso de caracteres alfanuméricos que bañe nuestras neuronas. Ojalá algún día vuelvan y abran otro sitio y desde él cuenten al mundo lo insana que ha sido su irracionalidad.