YO ROBO (ideas de otros)
La gran paradoja del cine nos dice que ahora que es tan fácil rellenar una pantalla de ejércitos que vuelen en imposible pirueta produciendo sonidos con calidad de impronunciable acrónimo, pudiendo realizar cualquier filme que se nos pase por la imaginación, ahora nos falta ésta. No hay nada que contar, sólo nos llenan los ojos de imágenes, nos saturan los oídos de vagabundos ruidos y nos sellan las fauces con palomitas de colores. Pero no hay guión.
Yo entiendo que cada director es libre de interpretar la obra, y adaptarla a un formato tan exigente como es el de hora y media. Que alguien podrá decir que Peter Jackson cortó demasiado de acá y puso de allá en su versión de “El Señor de los Anillos”, que Coppola hizo alguna concesión en su “Drácula”, o que el Szpilman que plasma Polanski en “El Pianista” varíe en algunos matices del real; pero por ser eso, directores, su obra lleva su impronta única que los hace veraces.
Sin embargo, vista la cartelera actual, me parece un auténtico fraude el maniqueo metraje de “Troya”, el patético “Rey Arturo” y el vergonzoso “Yo, Robot”. Yo robo las ideas de otro, le pongo la etiqueta ¡y a ganar billetes! Qué mejor etiqueta de seriedad para el culo de Brad Pitt o la mueca de Will Smith que Homero y Asimov (que yo lo asemejo a que hicieran “calimoxo” con denominación de origen de Ribera del Duero). ¿Qué será lo próximo? ¿Banderas haciendo de Quijote en un Ferrari?
Que conste que en la historia del cine ha habido interpretaciones tan libres como extremas, desde géneros tan proclives como el terror o la épica (dráculas, frankensteins, hombres lobos, Billies de niños y de mayores, generales Custer buenos y malos, y romanos con pecho de lata), hasta otros en que el retoque se antoja obligatorio: un musical, una infantil o una porno. ¿O alguien me va a cuestionar que el poco argumento de “Aladino – X” es peor que el poco argumento de “Yo Robo-T”?
Y lo peor de todo es que el público nos lo merecemos, por tragarnos todo lo que nos dan, por ignorar la conversación y aplaudir la explosión, por darle cancha a las caras bonitas y ningunear al talento, por no tener cultura de un arte que lleva más de cien años vivo. De muestra, una conversación reciente con una amiga asidua a las taquillas: “Ha salido Starship Troopers II” – “ah, ¿y la dirige también Verhoeven?” - “No sé, yo sólo recuerdo que en la primera salía Casper Van Dien y la rubia esa.. cada uno se fija en lo que le interesa ¿no?”