Vuelve el Hombre
Vuelven los tipos duros, la evolución del macho ibérico que jamás llegó a extinguirse. Han cambiado el SEAT 124 por un coupé modificado es el tunning también la evolución del scalextric -, la música de Los Chichos por la de Estopa, las pelambreras por la depilación, el amor de madre por gárgolas y dragones, los porretes por las pastis, y los pechos lobos por los abdominales.
Pero hay rasgos que no cambian: La utilización de la fuerza e intimidación, las navajas, la mujer sumisa en el asiento derecho, la música a toda voz, las cadenas de oro, la ignorancia por bandera... Vuelve el kinki en todo su esplendor a recoger el trono que había perdido. Y parece obra de la ingeniería genética, pues retorna más depurado y dispuesto a quedarse durante mucho tiempo en la piel de toro.
Segundas partes nunca fueron buenas, y del amor pecador, pedazo de ripio que pone los pelos de punta jaaarrl, hemos pasado a la raja de tu falda, mucho más explícito y bizarro; del más chutes no, al acelera un poco más, y del alegre bandolero que era el Vaquilla, al respetable señor del cuchillo jamonero que parte la pana. El kinki del siglo XXI ha quedado despojado del más mínimo romanticismo al más crudo ritmo de la música de Camela.
El mismo reproche hacia el joven fascista debe llevarse el nuevo kinki. Hemos evolucionado, hemos sufrido muchos cambios para venir ahora con la misma cantinela. ¡Abajo el fascismo! ¡Abajo el sexismo! Mujer, deja a tu lolailo haciendo el amor a su auto-tunning y realízate como persona. Abracemos el comunismo de la igualdad de sexos, luchemos con la inteligencia y no con la albaceteña.
Ahí los veo, con el chándal y las cadenas de oro olímpicos, como me decía una compañera -, con el loro a toda voz, con la tranquilidad que da saber que el milagro de la evolución no está en el dodó, sino en el nautilus. Probablemente en las próximas generaciones no hayan personas como usted o como yo, pero kinkis seguro... ¿o acaso no ha visto ninguna película futurista de Bruce Willis?