Hay cosas que todo el mundo sabe, pero que no se deben decir. Como aquel traje nuevo que el emperador hizo bordar, bajo la amenaza callamos aquello que todos sabemos, las verdades a voces. Y en el submundo de la piratería informática es difícil callar cuando todo es tan evidente.
¿Por qué algunos productos de Microsoft pueden registrarse simplemente rellenando los campos con ceros? ¿Por qué la videoconsola PlayStation I viene con un zócalo que deshabilita, tras incorporar un microchip, la protección anticopia de sus juegos originales? ¿Por qué se venden tantas tarjetas de televisión para ordenadores? ¿Por qué hay gente que se abona a las plataformas por satélite mediante la modalidad más básica y nunca contratan suplemento alguno?
La respuesta no la digo, vaya a ser que me pase como a mis amigos de la revista
@rroba, que han sido denunciados por dar detalles en su revista de cómo realizar una "tarjeta pirata" para decodificar Canal Satélite Digital. En concreto, el fiscal los acusa con ello de "incitar" - según noticia publicada en
El País - a la piratería; pues, según él, cualquiera puede, con estos datos y algo de paciencia, incurrir en el grave y placentero arte de las tibias y la caravela digital.
Yo no entiendo de leyes, pero no soy tan ingenuo como para pensar que el auge de las plataformas digitales se debe a sus irresistibles ofertas, a lo barato que sale contratar una película o un partido de fútbol. Seamos realistas: El emperador va desnudito, y su avaricia le obliga a ir así para que le miren; pero no debe hacerse público, debe ser un secreto a voces, eliminar todo mensajero.
Desde aquí mi apoyo a Andrés, a Carlos y a todos mis amigos de
@rroba. Desde aquí que le den a los ávaros, a los que dejan un hueco para que hagan la trampa con la boca chica, para con la grande matar al mensajero. A ver si "incitando" a los fabricantes a ser sincero, acabamos con esta hipocresía. Acúseme señor fiscal, porque es evidente que el emperador va en pelota picada.