Llenar un lunes
En blanco el fondo de mi procesador de textos, en blanco mi mente, y sin color este, por ahora, soso día. El encalado de mis queridas sábanas, que he tenido que abandonar a ritmo de despertador prometiéndolas con los dedos cruzados que estaré más tiempo con ellas. Blanco apelusado de mis bolsillos de fin de mes.
Siempre digo que el martes es aún peor que el lunes, puesto que el día dedicado a la Luna aún guarda el regusto del fin de semana suponiendo que éste haya tenido sabor alguno -, ausente totalmente durante la jornada del dios Marte. Yermo consuelo el mío, y vano el desahogo que obtengo de estas palabras.
Así pues, amable lector, disculpe estas palabras de vacuo contenido. Conforme pasa el tiempo pequeñas trabas anochecen mi átono día. Ahora tengo un día gris, de ceniza de mis ideas que he ido consumiendo sin fruto alguno. Será mejor que publique esto antes de que el día se torne negro...