La moda, hablar de botellones, ha llegado a este blog. La razón es que ahora el boca a boca se ha convertido en terminal a terminal (ya sea informático o telefónico), y con la inestimable ayuda de los medios de comunicación, las autoridades se echan las manos a la cabeza. Lo cuenta muy bien
El Pez en esta historia.
Uno se siente halagado cuando recibe correos como el que a continuación reproduzco textualmente:
>>
>>Hace un par de semanas,viendo las noticias...cual >>fue nuestra
>>sorpresa...en Sevilla,5000 personas congregadas en un
>> >>macrobotellon,el
>>culpable internet, la bola fue pasando,nadie >>rompio la cadena y
>>los 5000
>>sevillanos se montaron
una >>buena..entonces surgio la idea. ¿Van a
>>salir
>>los sevillanos por la >>tele y nosotros no?abre bien los ojos y
>>agudiza la
>>memoria porque >>aqui lo llevas MACROBOTELLON >>internauta 17
>>de MARZO
>>
>>VIERNES en el parking de Teatinos (entre psicologia y >>Derecho) a
>>partir de
>>las 22:00 vas a dejar que te lo >>cuenten??? Envialo a tus
>>agregados,no
>>rompas la >>cadena...¿cual sonara mas sevilla o malaga? >>>>CORTA Y
>> >>PEGA Y
>>PASALO A TODOS LOS MALAGUEÑOS Q PUEDAS!!!!! >>
>>
>>
>>NO FALTEIS NINGUNOOOOOOO
>>
>>ESTO NO PUEDE SER COMO EL FAMOSO EMAIL D LA EXPLANADA DEL PLAZA A
>>ESTE
AY K ASISTIR TENEMOS K DOBLAR LA CANTIDA DE GENTEEEEEE!!!!
>>
Digo que me siento halagado porque el que un alumno me mande esto es síntoma de que uno no está tan mayor como dicen las estadísticas. Efectivamente, se trata de uno de esos “macrobotellones” que se anuncian vía telemática, novedad en una ciudad en que todos los fines de semana se organiza de forma espontánea. Es decir, todos los viernes y sábados se reúnen en varios lugares de la ciudad la gente a disfrutar más o menos de caldos más o menos disfrutables sin haber realizado convocatoria comunal alguna. Es más, durante toda la historia “botellónica” de la ciudad, el flujo de bebedores se ha ido desplazando por otros lugares con mayor o menor éxito de público sin que nadie tenga que decírselo. No dispongo de datos, pero creo que en ciertos días de verano pueden cubrirse las expectativas de los firmantes del mail - sólo hay que ver que en nochevieja, por ejemplo, se estimaron que acudían unas
70.000 personas al centro de la ciudad, muchas de ellas para tomar las calles con los vasos.
Hartarme de ron añejo simplemente para ser más que los sevillanos me parece una razón bastante estúpida. Otra cosa es que uno quiera disfrutar de la compañía de otros conciudadanos y conciudadanas en pacífica reunión como un acto de civismo que hay que aprender. Peleas, suciedad, robos y ruido habrá dentro de unas semanas cuando empiece la Semana Santa; pero no hay dios que justifique un botellón – entonces se llamaría romería -. Así, pues, hay que reunirse, y aprender a echar las basuras al contenedor, y a que hay que beber menos y de calidad (ni ese garrafón que inunda los bares, ni esos chupitos de absenta que tan baratos y de moda están), hay que aprender a resolver las disputas sin violencia, y por supuesto a superar ese estúpido rencor entre ciudades. Demasiada materia para tan pocas horas de práctica.
Cualquier acumulación de personas conlleva su inevitable parte de daños, máxime cuando el alcohol está presente, pero si cinco mil jóvenes se hubieran puesto en plan violento en Sevilla ahora mismo no hubiera quedado en pie ni la giralda. Por supuesto, tal aglomeración es un perjuicio para los que viven en las inmediaciones del botellón pero ¿cuál es el argumento si se realiza en una explanada lo suficientemente alejada de la urbe?
Botellódromosaparte, los ayuntamientos tienen miedo a perder el control que nunca tuvieron sobre esta manifestación, a que le lluevan las críticas si algo ocurre, a perder los votos de los concienciados ciudadanos, y sobre todo a que cualquier día se le concentren espontáneamente y sin botellas para exigir responsabilidades – como ocurrió tras el 11-M. Me veo al alcalde bebiendo para olvidar...