Hoy Domingo de Ramos ha ocurrido algo que me tiene intrigado, y por más que lo comente a la gente no trasciende al telediario.
El día ha empezado amenazante de lluvia, pero por la mañana han podido salir las procesiones en Málaga, no así en otras ciudades como Sevilla. Por la tarde el cielo se ha puesto negro y han caido unas pocas gotas justo cuando iba a salir el grueso de procesiones en Málaga. Luego se ha aclarado el día, ha habido un bonito atardecer y ahora mismo luce la luna.
Y yo me pregunto: Si todos los feligreses han estado un año preparándose para la procesión y rezando porque todo vaya bien, y resulta que caen tres gotas, ¿Por qué dios - cristiano - no ha echado una manilla? ¿Qué más le daba aclarar unas nubes? ¿Por qué este cachondeo de unas gotillas y luego sol?
Me atrevo a aventurar unas hipótesis:
1) Dios está un poco mayor - la edad no perdona - y mientras ha oído las plegarias y tal, pues se le ha echado la hora encima y no le ha dado tiempo a mejorar el idem.
2) Los cofrades no han rezado lo suficiente, o no han sido buenos cristianos, y deberían hacer más actos de fe para que les anteponga al cúmulo de plegarias que tiene todos los días. También es posible que los cofrades de otras hermandades hayan rezado para que lloviera durante las salidas del resto (por envidia, tiña, etc).
3) Dios no ve la tele y no sabía que hoy pronosticaban lluvias
4) A Jesús le jode que todos los años le recuerden lo mal que lo pasó, y hace eso para jorobar.
5) Algún angelito ha meado fuera de la taza.
6) Dios es un cachondo y un sádico.
7) Dios no responde a plegarias, porque se empieza pidiendo un día que no llueva y se acaba pidiendo el fin de la pobreza...
8) Dios no entiende por qué la gente pide que llueva y para un día que les hace caso, va y se enfadan.
9) Dios existe, pero es una
inmensa masa de espaguetti.
10) Dios no existe, simple y llanamente.
Se me ocurren mil hipótesis más, pero creo que la 10 es la más acertada. Sin embargo, por mucho que lo comento entre los creyentes, se enfadan conmigo. Prefieren tacharme de blasfemo a pensar.
Queda demostrada, pues, la futilidad de la plegaria. Otra cosa muy distinta sería refutar
la existencia de los milagros.