¿Quién se apunta a hacerle un boicot a Gibraltar?
Hay un momento en que los peatones no podemos dejarnos avasallar por conductores insolidarios, palomas con gastroenteritis, dueños de perros agresivos, feriantes o tunantes. El pacífico muñeco que a pie debe hacer algo ante tanto atropello, este peatón aboga por la pacífica e insumisa forma de boicot.
Contra el contrabando, la especulación, el blanqueo de dinero, la fuga de divisas, la evasión de impuestos, y ahora la irresponsabilidad ante el peligro de contaminación marítima, declaro mi guerra particular a Gibraltar. Aparte de no poner mis pies allí, ya procuraré no consumir productos del lugar. Mi veto se hace extensible a las empresas españolas que tengan su sede allí.
Puesto que Gran Bretaña permite que esta colonia mantenga esta actitud, tomaré ante ella las mismas medidas, rechazando los productos que provengan de las islas mientras no haya un cambio radical en su política hacia la colonia que facilite nuestra convivencia.
Animo a quienes piensen como yo a unirse a este veto simbólico, y aporte algunas ideas de cómo magnificar esta protesta. Un peatón es insignificante. Muchos peatones son una masa a tener en cuenta.